Enagás ha decidido adaptarse a los nuevos tiempos políticos. Y lo ha hecho sentando en los sillones del consejo de Administración que preside Antonio Llardén a dos exministros socialistas, José Blanco y José Montilla, y a un asesor de Podemos. Un paso para acercarse al Ejecutivo central y supone la ampliación del consejo a 15 miembros con tres nuevos sillones de marcado perfil político.

Quizás de todas las incorporaciones, la más llamativa es la del científico Cristóbal Gallegos. Carece, a priori, de pasado partidista, pero representó a Podemos en el grupo de expertos que asesoró al Gobierno de Pedro Sánchez para la transición energética. En este campo, ejerce como investigador en renovables y es integrante del Observatorio Crítico de la Energía. Resulta llamativo que el sillón que se teñirá de morado sea un experto en eólica, un sector que nada tiene que ver con Enagás. Pero lo más polémico es que Gallegos ha respaldado, desde el Observatorio, algunas campañas en contra del gas. Concretamente, esta organización suscribió en 2018 el manifiesto «Gas no es la solución» en el que, entre otras cuestiones, se pide que no se destinen más recursos públicos a la promoción del modelo gasista y que se evalúe la necesidad presente y futura de nuevas infraestructuras de gas, que acaban por sobredimensionar el sector energético, generan endeudamiento público, encarecen las facturas y acentúan la pobreza energética. Curiosamente, Enagás es una empresa regulada y sus beneficios dependen en gran medida del crecimiento de la red de gas y de sus usos.

Por su parte, la incorporación de los exministros socialistas, José Blanco y José Montilla, continúa con la «tradición», de incorporar perfiles políticos a los sillones del Consejo de Administración de la compañía gasista en el que ya había una amplia representación de ex políticos del Partido Popular como la ex ministras de Exteriores, Ana Palacio, o la ex ministra de Medio Ambiente, Isabel Tocino.