Energía

EL GAS NATURAL, FACTOR DECISIVO EN EL FINAL DE LAS CENTRALES DE CARBÓN

El gas natural y otros dos factores más expulsaron a las centrales térmicas de carbón del mercado español de generación, un fenómeno que afecta a instalaciones de Aragón, Andalucía, Asturias, Castilla y León y Galicia y a la totalidad de las grandes compañías eléctricas, porque se trata de un fenómeno general y también estructural, es decir, definitivo. De ahí que la salida haya sido la misma para las diversas empresas: el cierre de las instalaciones.

Los tres factores que determinan la pérdida de competitividad de las térmicas son: la bajada del coste del gas, el aumento de precio de los derechos de emisión de dióxido de carbono (CO2) y los cambios en la política energética nacional. Esta situación sobrevino cuando algunas empresas estaban ejecutando inversiones de modernización de sus centrales de carbón, medida insuficiente para evitar que quedasen definitivamente fuera de juego.

Ya en septiembre de 2019 Endesa había anunciado la decisión de promover la discontinuidad de la actividad de sus centrales carboneras de Almería y de As Pontes (Galicia), que ahora ya están en tramitación de su cierre. Verificó entonces el Consejo de Administración de la compañía eléctrica que se había producido “una profunda modificación en las condiciones de mercado, derivadas fundamentalmente del precio internacional de las commodities y la efectividad de los nuevos mecanismos de regulación del mercado de derechos de emisión de CO2, que desplaza a las centrales de mayor volumen de emisiones en beneficio de otras tecnologías. Esta situación estructural ha determinado que las centrales de carbón no sean competitivas, y por tanto su funcionamiento no resulte previsible en el futuro”.

El final de las centrales térmicas forma parte del proceso de conseguir un sistema energético totalmente descarbonizado en el año 2050, compromiso compartido por todos los países que firmaron los acuerdos de la Cumbre de París COP21. Cabe recordar en este sentido que el sector eléctrico español –y de manera especial sus plantas de carbón- causa el 20 % de las emisiones totales nacionales de dióxido de carbono.

Ante este panorama, el sector gasista realza su importancia tanto por el reforzado papel de las centrales de ciclo combinado –imprescindibles para apoyar a las renovables- como en el proceso de incorporación del biogás y del hidrógeno al sistema.

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